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Cucarachas: ¡Adaptarse o Morir! PAPA ROACH debutó en Argentina 16 años después #Crónica

Sabemos que cada década tiene su género musical. Haciendo un resumen bastante injusto, podríamos decir que los 70’s tuvieron su representación en el Rock Psicodélico y el Glam Rock, los 80’s en el Thrash Metal y el New Wave, mientras que los 90’s tuvieron el Grunge y el Pop-Punk, sin embargo, en algunos casos no es tan fácil encasillar un género dentro de esta línea de tiempo o establecer el intervalo entre una década musical y otra.

La década de los años 2000 es una de esas difíciles excepciones, apenas unos pocos años antes (mediados de los 90’s) había nacido el Nü-Metal, cuyo pico más alto de popularidad fue precisamente el año 2000. Dicho género es difícil de enmarcar dentro de una época, y muchas de las bandas que lo definieron han sido igualmente complicadas de etiquetar. Tal es el caso de PAPA ROACH, una de las tantas bandas de Nü-Metal que alcanzó la cima del éxito con su primer disco, tarea nada fácil. Y es que, si bien en aquel momento podría parecer que el éxito estaba asegurado si se incursionaba en dicho género, no fueron pocas las agrupaciones que se convirtieron en un one hit wonder. Por ello, aunque el momento estaba dado y el público estaba hambriento de éste nuevo género, había que ser excelso para sobresalir.

Infest (2000) fue el debut de Jacoby y compañía, un álbum que representó el más puro Nü-Metal en la época en la que Korn, Limp Bizkit y Deftones lideraban las carteleras musicales gracias a este nuevo invento musical, y si bien nunca volvieron a tener el mismo éxito en ventas, la banda supo evolucionar con su público y con la industria para mantenerse viva.

Conscientes de que fueron consecuencia de un suceso, “las cucarachas” del Nü-Metal se preocuparon por mantenerse atentos a los cambios para no morir en el recuerdo. Se pasearon por el Rock Alternativo, se vistieron como Emo’s, incursionaron en el Metalcore y fusionaron con Dubstep e Indie, entre tantas otras cosas. Nunca hubo limitaciones ni tabúes, como buenas “cucarachas” la adaptación siempre fue parte del ADN de la banda, logrando mantenerse en las carteleras, en las radios y en el presente de las nuevas generaciones. Como decía antes, los 00´s fue una década difícil de definir musicalmente y PAPA ROACH también lo es.

Con un retraso de 16 años, Jacoby Shaddix, Jerry Horton y Tobin Esperance (los miembros más antiguos), pisaron finalmente suelo argentino. Junto a ellos vino Tony Palermo, baterista de la banda desde el 2008, cuando Dave Buckner abandonó el grupo. Pero no solo Argentina tuvo que esperar esta cantidad de tiempo, la mayor parte del continente también, y es que por alguna misteriosa razón, la banda nunca visitó Sudamérica encabezando algún cartel. Solamente en un par de ocasiones sintieron el calor tropical, la primera fue cuando formaron parte del Rock In Rio 2001, en Brasil, y la segunda como parte del Caracas Pop Festival 2002, en Venezuela, ambos shows en el marco de su ábum Infest. Muchos discos después y con años de experiencia encima, la agrupación confirmó la tan ansiada gira sudamericana.

El domingo 11 de diciembre de 2016 fue la fecha elegida para saldar esa deuda con Argentina. Desde temprano, en el mítico Teatro Flores se dieron cita los fanáticos que llenaron el lugar. DENY, insignes representantes del metalcore local, fueron los encargados de abrir el telón y calentar los ánimos antes de que aparecieran los protagonistas. Durante un breve, pero poderoso set, los argentinos mostraron parte de lo que ya habíamos podido ver el 9 y 10 de diciembre en The Roxy, donde estuvieron presentándose a casa llena. Fue una buena oportunidad para quienes se perdieron estos shows de fin de año.

La impaciencia se apoderaba de los presentes, que veían pasar cada roadie, cada prueba de sonido, cada canción que colocaba el selector y todo lo que ocurría, con inquietud. Aplausos y gritos pedían el arranque y, finalmente, a las 21:13 se apagaron las luces para que comenzaran a entrar los músicos. “Face Everything And Rise” fue el tema que abrió la noche, y con su ritmo metalcore puso a todos a saltar y cantar, para continuar con el recién estrenado sencillo “Crooked Teeth”. El sonido fue bueno desde el primer tema, sobre todo para la voz y guitarra, de hecho, fue una grata sorpresa escuchar tan impecable nivel vocal desde el arranque y una ecualización que permitiera percibir el talento madurado de Coby. El bajo no corrió la misma suerte y arrancó con poco volumen, cosa que se notó mayormente en el tercer tema, el clásico “Between Angels And Insects”, en el que las líneas de bajo son las grandes protagonistas. “Esto es para nuestros fans de la vieja escuela”, dijo el carismático vocalista antes de que comenzara el emblemático himno, y en medio del tema sacó un títere con forma de cucaracha con el que aprovechó para decir “viva la cucaracha” en completo español.

Coby no paró de caminar de un extremo del escenario al otro durante todo el show, como en sus buenos tiempos. Enérgico, alegre y amoroso, repartió besos, abrazos y saludos a lo largo de la noche y en repetidas ocasiones le dejó saber al púbico -que no paró de cantar cada uno de los temas- lo increíblemente locos que eran. El infaltable cántico aquel que dice que “…es un sentimiento que no puedo parar” se hizo presente por parte de los fans luego de que sonara “Forever“, obteniendo como respuesta rostros felices de una banda que se notó tan emocionada como sus seguidores. “Ustedes cantan mejor que yo, voy a tener que ir atrás y practicar más” bromeó Jacoby.

El vocalista habló entre temas y durante ellos, nada fue impedimento para que interactuara con sus fans, y en un par de ocasiones se bajó al foso de los fotógrafos para tocar y abrazar a los que se encontraban en la valla, se grabó con teléfonos de sus fans y se dedicó a “chocar los cinco” con casi todos los crowdsurfers que caían en el foso frente a el. Incluso a varios les preguntó si la estaban pasando bien y hasta firmó autógrafos durante el show, como ocurrió luego de “Getting Away With Murder”. Jacoby vio a alguien sosteniendo un papel entre el público y se lo pidió: “Dame esa mierda, voy a firmar eso ahora mismo. ¿Quien tiene un sharpie?” dijo el vocalista en inglés dirigiéndose a todos, fans y cuerpo técnico, pero al no recibir respuesta agregó “Amigo tienes sharpie?” en completo español. La gente no pudo evitar reir y finalmente aplaudirle luego de que entregó el papel firmado a su dueño.

El pogo se intensificaba con la interpretación de cada clásico, sobretodo en “Blood Brothers”, en el que el vocalista pidió que el patio del teatro se dividiera en dos y crearan un gran mosh. Antes de “Broken Home”, la sorpresa de la noche, ya que no había sido tocada en ningún otro lugar de la gira latinoamericana, Jacoby pidió a la banda esperar y encaró a Jerry para rapear un poco sobre la melodía del inconfundible riff. Fue, sin duda, uno de los temas más coreados.

La balada “Scars”, con la que muchos de los más jóvenes los conocieron, no podía faltar en el set, sin embargo, fue la versión acústica de esta la que interpretaron Jerry y Coby, ayudados, por su puesto, por un teatro que cantó en pleno. La banda finalizó este tema con la versión en español del coro. Si bien el calor humano fue acogedor, la sensación térmica de los más de 30 grados que hacían esa noche fue motivo de algunas descompensaciones. El propio Coby, que en varias ocasiones hizo alusión al calor que hacía, se encargó de mantener a su público con vida rociándolos con el agua de las botellas que le entregaban para beber, un noble gesto por parte del vocalista.

Where Did The Angels Go” y “Still Swingin’” fueron los temas que sonaron antes de la primera despedida y, tras el encore, volvieron para el infaltable “Last Resort”, cerrando la noche con “…To Be Loved”. En ésta última llegó el momento de gloria para uno de los crowdsurfers, ya que Coby lo tomó de un brazo, lo subió a la tarima y lo dejo cantar con él, para luego pedirle que se lanzará al público, orden que por su puesto cumplió el incrédulo fan. De seguro una noche que no olvidará en su vida.

Si bien es una frase cliché, Jacoby aseguró que se encontraba ante el mejor público de la gira y prometió no decirle estas cosas a todo el mundo. La banda regaló puas, baquetas y demás mientras hacían reverencia al público, agradeciendo una y otra vez, parecía como si no quisieran irse, sobretodo Jacob, quien alargó su partida y fue el último en irse de la tarima tras una hora y cuarto de show.

“Es un honor estar por primera vez en Buenos Aires y esta no será la última” fue tal vez la frase que todavía da vueltas en la cabeza de todos los fans presentes, quienes a pesar de lo corto que pudo haber parecido el set, se fueron con la satisfacción de haber visto a sus ídolos y tienen ahora su palabra de que volverán. Dieciséis temas para una banda con ocho discos de estudio parece poca cosa, pero lo que faltó en canciones sobró en actitud y buena vibra, por lo que nadie podría decir que la banda no lo dejó todo en tarima. Tocará esperar, pero no serían la primera banda que visita el país por primera vez luego de décadas de formada para luego volver al siguiente año.

Una característica curiosa del show y lo que PAPA ROACH significa, fue ver la sala llena de personas de distintas edades y aspectos. Pude notar desde chicos adolescentes, hasta adultos mayores disfrutando a pleno del show. Jóvenes de aspecto hardcore, metaleros, hip hoperos y uno que otro con aspecto pop coexistieron en el mismo lugar y disfrutaron el mismo show, todos saltaron, cantaron y nos hicieron comprender que éste es un logro de la banda, que ha sabido cautivar a todas las generaciones y estilos por los que ha pasado, con sus haters y sus fans, pero siempre con su disposición a mutar como principal rasgo. No importó la personalidad de cada quien, todos le dejaron saber a la banda que son bienvenidos en este lado del mundo

Ese domingo PAPA ROACH pasó de ser un mito radial y televisivo, a ser cuatro músicos que la rompen sobre un escenario, y quedarán en el recuerdo vivo de sus fans, entendiendo porqué en sus años de gloria se codeaban con las bandas archi-populares, tocando sobre gigantescos escenarios y frente a decenas de miles de personas. Hoy, si bien continúan en las carteleras de ventas/descargas, su status de popularidad ha cambiado. Sus shows pasaron a realizarse en sitios de pequeño o mediano tamaño, mucho más íntimos, donde la interacción entre artista y público es notable, donde el fan puede cantar los temas y escucharse tan fuerte que la banda lo percibe y donde el artista tiene la oportunidad de lanzarse al público o invitar a sus fans a acercarse al escenario. Todo tiene sus pros y sus contras, seguramente PAPA ROACH extraña los grandes estadios con grandes audiencias, pero ahora tiene algo más valioso: grandes fanáticos.

Frank Hernández
Director en Rocktambulos
Escucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo.
Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos
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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Javi para Rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

Papa Roach Setlist El Teatro Flores, Buenos Aires, Argentina 2016

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