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Argentinismo chicano: BRUJERÍA en Buenos Aires y un asesinato a la Argentina #Crónica

Ante la sensible realidad sociopolítica de Argentina BRUJERIA responde con una propuesta cultural. Aquella que en su momento inquietó al micromundo del Metal: jugar a ser un cartel de narcos. Ese juego y ese contrato que uno construye con la banda es esencial para apreciar la impronta del (casi) supergrupo, ya notoriamente minimizado en materia de nombres. Aún así nos visitaban Nick Barker (Hongo Jr., batería), Jeff Walker (El Cynico, bajo), Cuernito (Guitarra), El Sangrón (voz), Juan Brujo (Voz) y, por primera vez por estas latitudes, Pititis (voz). La previa del show de BRUJERIA, caracterizada por el misterio lúdico y la efervescencia, se convirtió en malestar ante los cambios de locación sucedidos, de manera muy inoportuna, un día antes del show. Pero esto puede ser positivo: el malestar deja de ser tal cosa para convertirse en anécdota y ésta, como BrujeriaBsAs01acontecimiento maleable, se transforma en motivo irrisorio para la charla. Así los muchachos se entretienen. Bueno, muchachxs, como gusten. Y esto permite crear el campo propicio para que Groove tenga, al menos, dos tendencias: todos agolpados adelante dejando notables huecos en el resto del recinto; y grupos de brebaje alcohólico que amenizaban la espera por la atracción de la noche.

Eran las ocho y media de la noche cuando entramos al local, BETRAYER había recién terminado de hipnotizar a los presentes con su Groove Metal y un sonido a la altura de las expectativas, así que era momento de comenzar la prueba de sonido de la atracción prinicipal de la noche. Créase o no, esta situación duró hasta las diez de la noche. Sí, Groove se llenaba de a poco y la previa no parecía hacerse insoportable. Hasta aproximadamente las nueve y media de la noche: para esta altura cada instrumento probado era recibido con efervescencia ante la abstinencia musical. Se encienden la pantalla del escenario, con la leyenda BRUJERIA impactando en las retinas de los presentes, y parecía una especie de chiste dada su nula puesta en escena, más allá de las clásicas indumentarias. Pocos nombres de jerarquía y ahí estaba: el logo de BRUJERIA, como para hacernos acordar para qué habíamos ido a Groove en la noche del viernes.

BrujeriaBsAs04Pero antes de que cunda el pánico es necesario decir lo siguiente: todo el tiempo, absolutamente cada segundo de la prueba de sonido, valió la pena ante semejante sonido en vivo. Al comienzo tenía un volumen excesivamente alto y con el correr del recital mejoró; aún así, varias personas utilizaban protectores para los oídos y estaban tranquilas atrás o en el medio del recinto. En el sector delantero se estaba produciendo una masacre. Sonaba la introducción de Jello Biafra – o Pito Wilson – y ya se estaban creando moshpits… ni un solo acorde estaba sonando y el público ya había enloquecido. Es fácil de imaginar lo que pasó cuando comenzó “Colas de Rata” y lo siguió…¡“La Migra”!. Jamás me hubiese imaginado ese tema como el segundo de la noche, y ahora sí, si alguien entraba al moshpit viviría la experiencia de la frontera en carne propia. ¡Qué sonido! Así debería sonar cada banda de Metal que tenga la palabra extremo en su denominación.

BrujeriaBsAs02¡Una bola de ruido! Eso es lo que fue la voz de Juan Brujo en todo el show y no tuvo nada que ver con el sonido, más bien es propio del cráneo detrás de la bestia que construye muy bien la leyenda pero en las tablas ofrece poco o nada. Es más, cuando Pititis o El Sangrón hacían temblar a Groove con sus interpretaciones y Juan Brujo buscaba sumarse a ellos ocurría, de manera accidental, un blooper de voces, una cita entre dos y un intruso que buscaba hacer presencia. De todos modos a Juan se le perdona esto y mas, su calidad vocal puede tener altibajos pero su presencia y autoridad lo respalda, total, la banda sin el ya no sería BRUJERIA. Vinieron con canciones “nuevas” – ya las tocaron en vivo en 2012 – como “Ángel de la Frontera” o “Satongo” y, a juzgar por lo poco que se pudo escuchar, el humor y el sonido están en orden. Aún así, es una incógnita.

Con un set demoledor centrado en Raza Odiada (1995) y Brujerizmo (2000) la noche era un triunfo. “Anti-Castro”, “Sida de la Mente”, “Marcha de Odio”, “Hechando Chingasos”, “Revolucion”… un grandes éxitos de BRUJERIA en Groove. Y sí, nada puede salir mal pero las ansias por un nuevo disco, o si se quiere la necesidad del mismo para levantar la carrera de los pseudo-chicanos, deja su marca y la ausencia se hace notar… ¡y aún más si no tocan “El Patrón”! No sé como se les pasó, pero los bises con “La Ley de Plomo”, “Matando Gueros” y “Marijuana” clamaban por su hit para culminar una excelente noche. En todo caso, es perdonable.

BrujeriaBsAs07Juan Brujo y Pititis se divertían cantando “Marijuana” con las luces del recinto prendidas mientras Groove ya comenzaba a descomprimirse. Era el final: BRUJERIA había pasado de nuevo por latitudes porteñas. Sí, el show fue corto ya que su duración pasó por muy poco los sesenta minutos. Ahora, ¿daba para más? ¿cuánto podía ofrecer BRUJERIA? No es algo malo, en última instancia es lo que se acepta cuando se toma a la banda tal cual es. Aún así, por una hora se cumplió con las expectativas dejando como saldo una necesidad vital para el grupo de tener un nuevo lanzamiento discográfico. Tal vez esto no sea una preocupación ni para el grupo o sus fans, pero la “leyenda de BRUJERIA” se agota rápidamente. Por algo el set se concentró en canciones de hace quince y veinte años atrás.

De cualquier manera, fue un show de grandes éxitos con el sonido de una banda de primera línea. Faltó parafernalia “estructural” – no había ni siquiera una bandera mexicana, salvo la que cubre la cara de Juan Brujo – pero las performances bizarras y de mal gusto características estuvieron a la orden del día. ¿No era eso lo que se pedía de esta formación? Otra salida no le encuentro. Si nos apegamos a esas expectativas podemos decir que fue un gran show de BRUJERIA. Pero somos ambiguos y quisquillosos: por un lado, la mayoría pide que vuelvan con un nuevo disco bajo el brazo – y me incluyo -, pero también la mayoría – y me incluyo también – pide simplemente que vuelvan. Sea cual sea el motivo importa poco, lo que es claro es que los volveremos a ver.

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Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
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Todas las fotos fueron tomadas por Frank Hernández para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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